Los dinosaurios argentinos se encuentran entre los más sorprendentes del mundo.
Sus nombres circulan hace tiempo en los medios especializados y ya no
son interpretados como simples variaciones de los grupos presentes en el
hemisferio norte. Las especies argentinas, con sus adaptaciones
inéditas, y el tamaño verdaderamente gigantesco que alcanzaron algunas
de ellas, son ciertamente originales y poseen una historia evolutiva
propia, en todo caso ligada a la de aquellos dinosaurios que habitaron
los continentes que durante el Mesozoico estaban integrados a
Sudamérica. A ello debe agregarse la irrupción de formas foráneas, como
los hadrosaurios y posiblemente los anquilosaurios, a fines del
Cretácico, que al parecer se integraron pasivamente al elenco de
dinosaurios locales.